" Quería daros las gracias por haber hecho la estancia en el cole más agradable. De hecho... " escribió Jack en las tierras de sus sueños. Y jodida e irrevocablemente me acordé de la insistencia y alarmante tono de Iris diciéndonos,¡¿No os dais cuenta? Es el último día!.
Esos comentarios que no podía (quería) entender, pensando, "Por dios, qué catastrofista se ha vuelto la gente..." , no tenían sentido.
Ahora, el leer cosas como "gracias a todos", "es un cambio de escenario" solamente escriben el destino que para mí estaba suspendido. Como si alguien gritara más fuerte "Se ha acabado, ahora vayanse cada uno a su casa".
Solamente hace más firme que van a desaparecer esas cosas que nos hacían tan felices a todos.
Clara no volverá a arrastrarme al comedor. No habrá más Chopen(es) ni más Novenas Sinfonías. Ni pollo al limón.
No cruzaré los pasillos subida a la espalda de Iván, ni esconderemos nuestras manos al paso de Satur.
Ya no habrá más reuniones en la mesa de Álvaro. No más galletas de fresa. Ni más idas al baño.
Lo primero que encontraré al entrar en clase no será a Edén, cuál brillante lucecita verde en el msn.
No abriré más ceniceros con Alonso. Un griterío de holas no me saludará al entrar en clase.
No habrá más esposas.
Ni amantes.
Ni parejas de hecho.
Ni más debates sobre la existencia de Dios.
Se acabarán los olgos, y quedaremos huérfanos de Papi.
Porque (se supone) que ya somos mayores.
Y justo ahora es cuándo no me imagino nada sin todo esto. Sin vosotros.
Y quería escribir algo dramático tanto como estudiar literatura del s.XX.
¡No quiero que nada acabe!
Confiemos en el poder de nuestro querido Ajopringe. De los viajes a Japón y del Interrail.
Hace 8 años
1 comentario:
¡Juuu! Qué bonito :'( Pero no tiene por qué acabarse. Seguiremos viéndonos aunque fuera de clase, sí, pero al menos la amistad y el recuerdo seguirán estando.
:***
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